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martes, 3 de agosto de 2010

LAS REDES SOCIALES EN LA VIDA DE UN MEDICO Y UN ESTUDIANTE DE MEDICINA


Fotografías inapropiadas o vergonzosas en Facebook y comentarios discriminatorios o poco adecuados en Twitter se pueden apreciar en perfiles de  estudiantes de Medicina de acuerdo a TIME. Un articulo señala que este tipo de conductas se dan entre nuestros amigos, incluso algunos colegas de trabajo, pero se pregunta qué pasaría si ese fuese el perfil de nuestro médico.

Afirmaciones interesantes:
  1. “Aunque los estudiantes de Medicina entienden a cabalidad las reglas relativas a la confidencialidad del paciente y son adoctrinados con los más altos estándares éticos en los cuales se funda su profesión, muchos de ellos aún así utilizan Facebook, Youtube, Flickr, Twitter y otros sitios para demostrar comportamientos lascivos o sexualmente poco apropiados, hacer declaraciones discriminatorias y discutir casos de pacientes en clara violación de las leyes de privacidad, de acuerdo a la fuente, que fue publicada esta misma semana en el Journal Of The American Medical Association.
  2. “Aunque los estudiantes de Medicina probablemente convengan en que los médicos – y otros profesionales, como los docentes – debiesen demostrar ser seres integrales ante la sociedad, el nuevo estudio sugiere que están confundidos en cuanto a como se aplican las reglas, especialmente en el ciberespacio, una vez que  se han quitado el delantal”
No son pocas las reflexiones que podemos obtener de este pequeño extracto, pero requieren de cierto orden y de una visión autocrítica, y finalmente propositiva con respecto a este tema.

Es un hecho, esto ocurre.

El primer paso es aceptar que esto es una realidad, y no una mera exageración. En EE.UU, de los 80 Decanos de Escuelas de Medicina encuestados para el estudio que cita la nota de TIME, un 60% reportó incidentes relativos a publicaciones poco profesionales y el 13% admitió la ocurrencia de violaciones a la privacidad de los pacientes. Nuestro caso no tiene este tipo de antecedentes, mas sí la experiencia de quienes hemos visto conductas impropias, incluso de jóvenes ya titulados que suben a internet fotografías indiscretas de otras profesionales.

¿Qué se espera de los medicos?

Señala el artículo que a la hora de publicar fotografías de fiestas con ‘alto grado alcohólico’ o comentar simplemente que hacemos o sentimos en el momento, sin importar lo inapropiado que pudiese ser, no somos distintos al resto de la población. Para muchos, quienes creen en estas igualdades, simetrías o equivalencias entre los estudiantes  esta afirmación resulta de perogrullo. Sin embargo, la realidad muestra que esto sólo se encuentra en el plano de humildad o fuero interno de cada quien, puesto que lo deseemos así o no, la gente, nuestros potenciales pacientes, efectivamente esperan algo más de nosotros. Tradición, respeto de antaño, visión anticuada, cada quien puede verlo desde distinta perspectiva, pero así se da.

Probablemente no seamos precisamente como nos imaginan, pero es así como es visto, y cada uno de nosotros debe llevar esa carga de la mejor forma posible. Cuando un paciente está en nuestras manos, ciertamente le gustaría que su médico no sólo sea amable y eficiente, sino también de una conducta que vaya de acuerdo a la responsabilidad que le ha sido encomendada, eso se llama confiabilidad y otorga respeto para el tratante y validez para las indicaciones prescritas.

Resulta evidente que no podemos pretender que cada uno de nosotros sólo por el hecho de ejercer o estudiar esta carrera madure o sea por naturaleza intachable, somos todos distintos, de eso no hay duda, pero tampoco se trata de sobreexponerse, menos si nos conocemos y sabemos que no nos caracterizamos por un comportamiento muy probo. Como ejemplo, hace aproximadamente 2 años un estudiante de una Facultad fue filmado en evidente estado de ebriedad dentro de la misma y ese video llegó a Youtube, muy mala publicidad tanto para la Universidad como para los  estudiantes de Medicina, es ahí cuando escuchas el clásico ‘¿y esos van a ser médicos?’ Más de alguno lo ha escuchado, por uno u otro motivo, y sólo confirma una cosa, se espera algo más de nosotros.

¿Y qué hacemos?

Resulta complejo puesto que claramente hay una brecha generacional entre quienes creen que online es su vida privada y pueden opinar lo que quieran y como quieran, y quienes no. Me quedo con estos últimos, que buscan para sí mismos un concepto más holístico, que se dan cuenta que esa ‘vida privada’ no lo es, es pública y está a ‘un click de distancia‘, en especial cuando consideramos la cantidad de ‘amigos’ que acumula la mayoría en estas cuentas. Lo cierto es que llevados a ello por quizás distintas motivaciones estas cuentas terminan convirtiéndose en colecciones de contactos sin mucho filtro de quien es nuestro lector potencial.

Creo que debemos tener más cuidado con lo que publicamos, y cómo lo publicamos. Los defectos ortográficos, gramaticales, incorrecciones, etc no lucen y no nos promocionan de la mejor manera. Si pretendo atenderme con un médico y este tiene una cuenta en twitter la revisaré, es un hecho. También lo es que no me agradaría que publique acerca de lo ebrio que terminó ayer, utilice un lenguaje coprolálico en general ni caiga en los errores mencionados anteriormente. Si el médico no sabe escribir es porque ha leído poco, es una conclusión fácil.

¿Educación 2.0?

No me quedan dudas de que nos falta un poco de cultura. En UCLA se implementa una estrategia que consiste en que los estudiantes a través de ejercicios determinan que cosas debiesen ser publicadas y que cosas no. Algo similar podría implementarse en cada Casa de Estudios. Quizás el problema radica en que en estas temáticas nuestro dominio es mucho mayor que el de las autoridades por lo cual una iniciativa de este tipo tendría que partir desde nosotros mismos. Implementar jornadas o seminarios donde expliquemos como sacar provecho de estas herramientas, y no mal utilizarlas, siempre desde la perspectiva de la sugerencia y no la imposición podrían ser muy útiles y educativas, en especial para quienes desconocen la cantidad de recursos existentes y que pudiesen hacer de su experiencia en las redes algo mucho más productivo.
Algún día, muy pronto a mi juicio, la masividad de las redes será tal que las Universidades comenzarán a rastrear lo que hacen sus estudiantes en ellas puesto que verán como su imagen puede verse favorecida o deteriorada por el comportamiento de sus alumnos. Antes de que  a alguna se le ocurra implementar ciertas políticas, que a nadie le gustarían, sería bueno educar, informar, mostrar interés al respecto para mantener el control de este asunto bajo el dominio de los mismos usuarios.

Finalmente, sólo anotar que es innegable el cambio que ha experimentado la forma en que nos comunicamos gracias a las redes sociales, ya sea con la familia, amigos o personalidades que ahora están a nuestro alcance, con quienes podemos compartir ideas, proyectos o simplemente comentar algún evento noticioso. Pero no olvidar que aunque creamos que dejamos de ser médicos (o estudiantes) al salir del Centro Asistencial y sacarnos el guardapolvos y el estetoscopio, para quien nos busque en las redes sociales lo seguiremos siendo.

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