Es un tipo de trastorno de ansiedad en el cual usted tiene ataques repetitivos de intenso miedo de que algo malo va a ocurrir.
La causa se desconoce, aunque los genes pueden jugar un papel. Si un gemelo idéntico presenta este trastorno, el otro gemelo también presentará la afección en el 40% de las veces. Sin embargo, el trastorno de pánico a menudo ocurre cuando no hay ningún antecedente familiar.
El trastorno de pánico es dos veces más común en las mujeres que en los hombres. Los síntomas por lo general comienzan antes de los 25 años de edad, pero pueden ocurrir hacia los 35 años. Aunque el trastorno de pánico se puede presentar en niños, no suele diagnosticarse hasta que son mayores.
Una crisis o ataque de pánico comienza de repente y con mucha frecuencia alcanza su punto máximo al cabo de 10 a 20 minutos. Algunos síntomas pueden continuar durante una hora o más. Un ataque de pánico se puede confundir con uno cardíaco.
Los ataques de pánico pueden incluir ansiedad respecto a estar en una situación donde un escape pueda ser difícil (como estar en una multitud o viajando en un auto o autobús).
Una persona con trastorno de pánico a menudo vive con miedo de otro ataque y puede sentir temor de estar sola o lejos de la ayuda médica.
Las personas con trastorno de pánico tienen por lo menos cuatro de los siguientes síntomas durante un ataque:
- Molestia o dolor torácico
- Mareo o desmayo
- Miedo a morir
- Miedo a perder el control o de muerte inminente
- Sensación de asfixia
- Sentimientos de separación
- Sentimientos de irrealidad
- Náuseas y malestar estomacal
- Entumecimiento u hormigueo en manos, pies o cara
- Palpitaciones, frecuencia cardíaca rápida o latidos cardíacos fuertes
- Sensación de dificultad para respirar o sofocación
- Sudoración, escalofrío o sofocos
- Temblor o estremecimiento
Las personas con trastorno de pánico pueden tener síntomas de:
Los ataques de pánico no se pueden predecir. Al menos en las primeras etapas del trastorno, no hay ningún desencadenante que comience el ataque. El recuerdo de un ataque pasado puede provocar ataques de pánico.
Muchas personas con trastorno de pánico acuden primero a buscar tratamiento en la sala de urgencias, porque el ataque de pánico se siente como un ataque cardíaco.
El médico llevará a cabo un examen físico, incluyendo una evaluación psiquiátrica.
Se harán exámenes de sangre. Se deben descartar otros trastornos médicos antes de poder diagnosticar un trastorno de pánico. También se deben considerar los trastornos relacionados con la drogadicción, dado que los síntomas pueden simular ataques de pánico.
El objetivo de la terapia es ayudarlo a desempeñarse bien durante la vida diaria. Una combinación de terapia cognitiva conductista (TCC) y medicamentos funciona mejor.
Los antidepresivos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) son los medicamentos más comúnmente recetados para el trastorno de pánico y abarcan:
- Fluoxetina (Prozac)
- Sertralina (Zoloft)
- Paroxetina (Paxil)
- Otros ISRS
- Otros tipos de antidepresivos, como los inhibidores de la recaptación de la norepinefrina (ISRN).
- Anticonvulsivos para casos graves.
- Las benzodiazepinas, entre ellas, diazepam (Valium), alprazolam (Xanax), clonazepam (Klonopin) y lorazepam (Ativan) se pueden usar por un corto tiempo.
- Los inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO) sólo se emplean cuando los otros fármacos no funcionan, porque pueden tener efectos secundarios serios.
La terapia cognitiva conductual le ayuda a entender sus comportamientos y cómo cambiarlos. Usted debe tener de 10 a 20 consultas durante muchas semanas. Durante la terapia, usted aprenderá cómo:
- Entender y controlar puntos de vista distorsionados de estresantes en la vida, como el comportamiento de otras personas o los hechos de la vida.
- Reconocer y reemplazar los pensamientos que causan pánico y disminuir la sensación de indefensión.
- Manejar el estrés y relajarse cuando se presenten los síntomas.
- Imaginar las cosas que causan la ansiedad, comenzando con la menos temida. Practicar en una situación de la vida real para ayudarle a superar sus miedos.
- Comer a horas regulares.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Dormir lo suficiente.
- Disminuir o evitar la cafeína, determinados medicamentos para los resfriados y los estimulantes.
El abuso de sustancias puede ocurrir cuando la gente que tiene ataques de pánico trata de hacerle frente a su miedo consumiendo alcohol o drogas ilícitas.
Las personas con el trastorno de pánico tienen mayor probabilidad de vivir desempleadas, de ser menos productivas en el trabajo y tener relaciones personales difíciles, que incluyen problemas matrimoniales.
La agorafobia es cuando el miedo a futuros ataques de pánico lleva a alguien a evitar situaciones o sitios que se piensa causan los ataques. Esto puede llevar a una persona a poner restricciones extremas acerca de los lugares a donde va o quién está alrededor. Ver: Trastorno de angustia con agorafobia
La dependencia de los ansiolíticos es una posible complicación del tratamiento. Dicha dependencia implica la necesidad del medicamento para poder desenvolverse y evitar los síntomas de abstinencia. No es lo mismo que adicción.
Si usted tiene ataques de pánico, evite lo siguiente:
- El alcohol
- Estimulantes como la cafeína y la cocaína
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