Una nueva plaga ha aparecido en Paraguay y se ha notificado esta semana. El CARACOL AFRICANO es un molusco que puede llegar a medir hasta 10 centímetros y es de rápida reproducción, que resulta una plaga agrícola puesto que puede acabar con toda la variedad de un cultivo comiéndose desde las hojas, flores y hasta los frutos.
Además se informó que el caso es de alerta sanitaria debido a que dicho animal ocasiona en el hombre algunas enfermedades como meningitis, perforaciones intestinales, peritonitis y hemorragias abdominales.
Su nombre cientifico es el de Achatina Fulica. Su conocimiento se hace de vital importancia, evitar que este molusco se reproduzca en grandes cantidades para no incurrir en un desequilibrio ecológico, sumado al surgimiento de las enfermedades ya mencionadas.En si, es denominado como una plaga, ya que cobija nematodos o parásitos que se alojan en sus tejidos fibromusculares, provocando graves afecciones en los humanos como meningitis o enfermedades neurológicas y respiratorios.
Además, destruye cualquier cultivo por la voracidad rápida que posee. En su etapa juvenil es cuándo más daño causa a las siembras de cacao, lechosa, maní, piña, repollo, citricos, etc.El caracol africano es capaz de comer prácticamente de todo, incluidos excrementos.
Estudios al medio ambiente, señalan que el animal está incluido en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Su introduccion se cree que fue introducido con fines comerciales para venderlo como mascota.
El molusco, originario del África tropical e ilegal en Estados Unidos, tiene una concha que puede medir desde 10 hasta 30 cm de longitud, es de color marrón claro con líneas curvas cremas, que se aclaran mientras se encuentran más cerca del ápice del caparazón, y dos tentáculos (uno corto y otro largo).
Está esparcido por gran parte de Sudamérica, sobre todo en los sitios húmedos, aunque puede vivir en zonas urbanas o rurales y en condiciones climáticas extremas. El Achatina fulica presenta una alta tasa reproductiva y puede poner huevos unas 1200 veces al año, entre 100 y 400 huevos por vez.
Este caracol no puede manipularse sino se tienen guantes en las manos para que así no se entré en contacto con la mucosa del animal. No se debe golpear o triturar, porque al salpicar podría infectarse de parásitos si entra en contacto con manos, oídos, nariz, ojos o boca. Se recomienda recogerlo con una pala, vaciarlos en una lata, añadirles kerosen y quemarlos. También se puede matar agregándole agua con sal o cal (tres litros de agua y un kilo de sal o en un envase con tres partes de agua y una parte de cloro) y sumergirlo tapado por 4 o 5 horas. Luego, se debe sacar el caracol del recipiente, enterrarlo en una fosa de 40 o 50 centímetros de profundidad y añadir cal. También se recomienda llamar a alguna autoridad especializada con el medio ambiente.
El
caracol africano por sí mismo no genera enfermedades en el ser humano.
Sin embargo, puede ser transmisor de infecciones, razón por la cual se
recomienda a la población actuar con precaución a la hora de
eliminarlos. Se debe educar a la población para la eliminación de los ejemplares y sus
huevos, sin crear zozobra ni temor. Es totalmente falso que el
caracol africano afecte la salud de las personas. Sin embargo, es
necesario erradicarlo porque no sabemos por dónde pasó esta especie, si
pasó por algún lugar donde había heces de rata o de otro animal y si
tocamos la baba que produce y luego nos las pasamos por los ojos o boca,
nos podemos enfermar. Científicos
afirman que el caracol Africano podría ser portador de al menos siete
tipos de parásitos, los cuales podrían provocar en personas que tengan
contacto con la misma problemas respiratorios, gastrointestinales,
neurológicos, hepáticos y de otros órganos del cuerpo.
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