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domingo, 13 de mayo de 2012

FISIOPATOLOGIA DEL APARATO CARDIOVASCULAR: HIPERTENSION ARTERIAL

Material de Apoyo de la Clase de la Materia Fisiopatologia desarrollada el Jueves 17 de mayo de 2012. Uninorte. Asuncion. Permitida su reproduccion con fines de estudio y guia.

 


1. DEFINICION

Elevación de la PA sistólica y/o diastólica, primaria o secundaria 


2. FISIOPATOLOGIA DE LA HIPERTENSION PRIMARIA

La hipertensión primaria (esencial) es de etiología desconocida; no es probable que sus diversas alteraciones hemodinámicas y fisiopatológicas sean consecuencia de una causa única. La herencia es un factor predisponente pero el mecanismo exacto no está claro. Los factores ambientales (p. ej., Na de la dieta, obesidad, estrés) parecen actuar tan sólo en personas genéticamente sensibles.
 
Los mecanismos patogénicos tienen que conducir a una resistencia vascular periférica total (RPT) aumentada provocando vasoconstricción, a un aumento del gasto cardíaco (GC) o a ambos porque la PA es igual a GC (flujo) veces la resistencia. Aunque se afirma ampliamente que la expansión del volumen líquido intra y extravascular es importante, esta expansión sólo puede aumentar la PA aumentando el GC (por aumento de retorno venoso al corazón), aumentando la RPT (al provocar vasoconstricción) o por ambos mecanismos; frecuentemente no hace ninguna de las dos.
 
En algunos casos de hipertensión se ha descrito un transporte anormal de Na a través de la pared celular debido a un defecto o inhibición de la bomba de Na-K (Na+, K+- ATPasa) o a un aumento de la permeabilidad para el Na+. El resultado neto es el aumento del Na intracelular que hace a la célula más sensible a la estimulación simpática. Como el Ca sigue al Na, se ha dicho que la acumulación de Ca intracelular (y no el propio Na) es responsable del aumento de sensibilidad. La Na+, K+-ATPasa puede ser también responsable de bombear noradrenalina de nuevo a las neuronas simpáticas para inactivar este neurotransmisor. Así pues, la inhibición de este mecanismo podría estimular, concebiblemente, el efecto de la noradrenalina. En niños normotensos de padres hipertensos se han descrito defectos del transporte del Na.
 
La estimulación del sistema nervioso simpático eleva la PA, generalmente más en los enfermos hipertensos o prehipertensos que en los normotensos. Se ignora si esta falta de hiperrespuesta reside en el propio sistema nervioso simpático o en el miocardio y músculo vascular liso que inerva, pero frecuentemente puede detectarse antes de que se desarrolle una hipertensión sostenida. Un pulso elevado en reposo, que puede ser una manifestación de aumento de la actividad nerviosa simpática, es un factor predictivo bien conocido de la posterior hipertensión. Algunos enfermos hipertensos tienen una concentración de catecolaminas circulantes en reposo más alta de lo normal, sobre todo al comienzo de la evolución clínica.
Los fármacos que frenan la actividad nerviosa simpática frecuentemente reducen la PA en pacientes con hipertensión primaria. Sin embargo, esta observación no puede considerarse como evidencia para implicar al sistema nervioso simpático como factor causal de la hipertensión primaria en enfermos hipertensos. En éstos, los barorreflejos tienden a mantener la hipertensión, más que a contrarrestarla, fenómeno conocido con el nombre de "reajuste de los barostatos", que puede ser consecuencia, más que causa, de la hipertensión. Algunos hipertensos almacenan la noradrenalina de forma incorrecta, permitiendo que circule una mayor cantidad de ésta.
 
En el sistema renina-angiotensina-aldosterona, el aparato yuxtaglomerular facilita la regulación del volumen y la presión. La renina, una enzima proteolítica formada en los gránulos de las células del aparato yuxtaglomerular, cataliza la transformación de la proteína angiotensinógeno en angiotensina I, un decapéptido. Este producto inactivo es desdoblado por una enzima convertidora, principalmente en el pulmón, pero también en el riñón y en el cerebro, en un octapéptido, la angiotensina II, que es un potente vasoconstrictor que estimula también la liberación de aldosterona. Presente también en la circulación, el des-ASP heptapéptido (angiotensina III) es tan activo como la angiotensina II para estimular la liberación de aldosterona, pero tiene mucha menos actividad presora.
 
La secreción de renina está controlada al menos por cuatro mecanismos que no son mutuamente exclusivos: 
- un receptor vascular renal responde a los cambios de tensión de la pared arteriolar aferente; 
- un receptor de la mácula densa detecta los cambios en la velocidad de liberación o en la concentración de NaCl en el túbulo distal; 
- la angiotensina circulante tiene un efecto de retroestimulación negativa sobre la secreción de renina y 
- el sistema nervioso simpático estimula la secreción de ésta a través del nervio renal, mediada por b-receptores.
 
La actividad renina plasmática (ARP) suele ser normal en los enfermos con hipertensión primitiva, pero está suprimida aproximadamente en el 25% y elevada en el 15%. Es más probable que la hipertensión vaya acompañada por bajas concentraciones de renina en los sujetos de raza negra y en los ancianos. La fase acelerada (maligna) de la hipertensión suele acompañarse de una ARP alta. Aunque generalmente se acepta que la angiotensina es responsable de la hipertensión renovascular, al menos en su fase inicial, no hay acuerdo sobre el papel del sistema renina-angiotensina-aldosterona en pacientes con hipertensión primaria, incluso en los que tienen una ARP elevada.
 
La teoría del mosaico establece que son múltiples los factores que mantienen la PA elevada, aunque tan sólo la aberración de uno fuese inicialmente responsable; por ejemplo, la interacción entre el sistema nervioso simpático y el sistema renina-angiotensina-aldosterona. La inervación simpática del aparato yuxtaglomerular en el riñón libera renina; la angiotensina estimula los centros autonómicos del cerebro para aumentar la descarga simpática. Estimula también la producción de aldosterona, que da lugar a la retención de Na; la retención intracelular excesiva de esta sal estimula la reactividad del músculo liso vascular a la estimulación simpática.
 
La hipertensión produce más hipertensión. Cuando ésta, debido a una causa identificable (p. ej., liberación de catecolaminas de un feocromocitoma, de renina y angiotensina por una estenosis arterial renal, de aldosterona de un adenoma cortical suprarrenal) ha existido durante cierto tiempo, otros mecanismos se ven implicados. La hipertrofia e hiperplasia de las células musculares lisas de las arteriolas, causantes de una hipertensión prolongada, reducen el tamaño de la luz, aumentando así la RPT. Además, el ligero acortamiento del músculo liso hipertrofiado de la pared engrosada de una arteriola, reducirá el radio de una luz ya estrechada en mucha mayor proporción que si el músculo y la luz fueran normales. Esto puede ocurrir porque cuanto más haya durado la hipertensión menos probable resultará que la cirugía para causas secundarias sea capaz de restaurar la PA normal.
 
La falta de una sustancia vasodilatadora más que el exceso de un vasoconstrictor (p. ej., angiotensina, noradrenalina) puede producir hipertensión. El sistema de la calicreína, que produce el potente vasodilatador bradiquinina, está empezando a ser estudiado. Los extractos de médula renal contienen vasodilatadores, como un lípido neutral y una prostaglandina; la falta de estos vasodilatadores por enfermedad parenquimatosa renal o por nefrectomía bilateral permitiría la elevación de la PA. La hipertensión leve, sensible al equilibrio de Na y agua, es típica de las personas anéfricas (hipertensión renopriva). 
 
Las células endoteliales producen potentes vasodilatadores (óxido nítrico, prostaciclina) y el vasoconstrictor más potente, endotelina. Por tanto, la disfunción del endotelio podría tener un profundo efecto sobre la PA. Su papel en la hipertensión está siendo investigado. La evidencia de que las personas hipertensas tienen una actividad disminuida del óxido nítrico es preliminar.


3. FISIOPATOLOGIA DE LA HIPERTENSION SECUNDARIA
  
La hipertensión secundaria acompaña a la enfermedad parenquimatosa renal (p. ej., glomerulonefritis crónica o pielonefritis, enfermedad poliquística renal, enfermedad del colágeno renal, uropatía obstructiva) o feocromocitoma, síndrome de Cushing, aldosteronismo primario, hipertiroidismo, mixedema, coartación aórtica o enfermedad renovascular (v. Hipertensión renovascular, más adelante). Puede acompañar también al consumo excesivo de alcohol, anticonceptivos orales, simpaticomiméticos, corticosteroides, cocaína o regaliz.
 
La hipertensión asociada a la enfermedad parenquimatosa renal crónica es consecuencia de la combinación de un mecanismo dependiente de la renina y un mecanismo dependiente del volumen. En la mayoría de los casos, el aumento de la actividad de la renina no puede demostrarse en sangre periférica, y la atención meticulosa al equilibrio líquido generalmente controla la PA.
 
El diagnóstico y tratamiento de las causas secundarias de hipertensión se tratan en otro lugar del Manual. El resto de esta exposición se centra casi totalmente en la hipertensión esencial.


4. CAMBIOS ANATOMOPATOLOGICOS

En la hipertensión esencial no se producen cambios anatomopatológicos precoces. Finalmente se desarrolla una esclerosis arteriolar generalizada; es especialmente evidente en el riñón (nefroesclerosis) y se caracteriza por hipertrofia e hialinización de la media. La nefroesclerosis es el sello distintivo de la hipertensión esencial. 

La hipertrofia ventricular izquierda y, por último, la dilatación se desarrollan gradualmente. La aterosclerosis coronaria, cerebral, aórtica, renal y periférica son más frecuentes y más graves en los hipertensos porque la hipertensión acelera la aterogénesis. La hipertensión es un factor de riesgo más importante de ictus que de cardiopatía aterosclerótica. Los pequeños aneurismas de Charcot-Bouchard que se encuentran con frecuencia en las arterias perforantes (sobre todo en los ganglios basales) de los hipertensos, pueden constituir el origen de una hemorragia cerebral.


5. HIPERTENSION RENOVASCULAR

Elevación aguda o crónica de la PA, causada por la oclusión parcial o completa de una o más arterias renales o de sus ramas. La estenosis u oclusión de una o ambas arterias renales principales o de sus ramas o de una arteria renal accesoria o de sus ramas puede ocasionar una hipertensión por estimular la liberación de la enzima renina por las células yuxtaglomerulares del riñón afectado. El área de la luz tiene que estar reducida ³70% antes de que la estenosis sea hemodinámicamente significativa.
 
En pacientes >50 años de edad (generalmente hombres) la causa más frecuente de estenosis de la arteria renal es la aterosclerosis; en enfermos más jóvenes (generalmente mujeres) es una de las displasias fibrosas. Los casos raros de estenosis u obstrucción de la arteria renal consisten en émbolos, traumatismos, ligadura inadvertida durante una intervención quirúrgica y compresión extrínseca del pedículo renal por tumores.
Aunque la enfermedad renovascular es la causa más frecuente de hipertensión curable (con las posibles excepciones del tratamiento con anticonceptivos orales en las mujeres y exceso de ingestión de alcohol) justifica <2% de todos los casos de hipertensión.


6. ENCEFALOPATIA HIPERTENSIVA

Es una consecuencia aguda o subaguda de la hipertensión grave, marcada por cefaleas, embotamiento, confusión o estupor, con o sin convulsiones.
 
La encefalopatía hipertensiva es la crisis hipertensiva típica, que se ha convertido en un acontecimiento raro por el moderno tratamiento antihipertensivo. Aunque los ictus isquémicos y hemorrágicos son más frecuentes en la hipertensión, la encefalopatía hipertensiva es un trastorno cerebral potencialmente reversible, limitado a los casos graves de hipertensión.
 
Se cree que su patogenia consiste en un fenómeno de ruptura de la autorregulación cerebral de la perfusión sanguínea, en el que la PA muy elevada se transmite directamente al lecho capilar con transudación y exudación de plasma al tejido cerebral, provocando un edema cerebral.
 
A menudo, se producen alteraciones neurológicas rápidamente cambiantes como ceguera cortical transitoria, hemiparesia y defectos hemisensoriales. La PA siempre está elevada, por lo general con presiones diastólicas >140 mm Hg. Habitualmente hay una retinopatía de grado 3 o 4 y la presión del LCR por lo general está elevada.


ABREVIATURAS UTILIZADAS EN ESTE POST
 
- RPT: Resistencia Periferica Total
- PA: Presion Arterial
- GC: Gasto Cardiaco 
- ARP: Actividad Renina Plasmatica 

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