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viernes, 11 de septiembre de 2009

Educacion inclusiva: la lectoescritura



Introducción:

En este trabajo quiero potenciar el hábito "lector" en los niños con discapacidades, fundamentalmente en los niños con Síndrome de Down, puesto que éstos, aprovechándose de su discapacidad no leen, porque aunque aprenden a leer no tienen gusto por hacerlo, añadiendo a esto el poco refuerzo de las personas que los rodean, ya que por lástima no les obligan a hacerlo.

Sabemos que la adquisición del hábito lector es uno de los aspectos fundamentales de la etapa de Primaria. De ella depende en gran parte la adquisición de nuevo vocabulario, la fluidez, la puntuación correcta, etc.
Cabe destacar que la lectura, junto con la escritura y el cálculo, coexiste en un aprendizaje instrumental.

El hábito de lectura resulta ser un elemento fundamental para el desarrollo de la autonomía en el proceso de enseñanza-aprendizaje y base para la formación de individuos críticos y libres.

La lectura debe incluir no sólo textos literarios, sino también los productos de los medios de comunicación. Se requiere en este sentido distintas estrategias: desde un diagnóstico inicial sobre los gustos personales del alumno, pasando por los talleres de creación y acercamiento lúdico al texto, hasta apoyarse en otros medios expresivos( vídeos, diapositivas, ...).

Un recurso que debe ser potenciado es la biblioteca de aula junto con el uso de la biblioteca de Centro, además de la biblioteca personal del alumno bajo la orientación del profesor.


El concepto superficial de animación a la lectura se refiere a actividades extrínsecas y relacionadas con la lectura, en el entorno de la lectura y dirigida a mejorarla. Ejemplo: premios y castigos.

Hace la lectura más agradable, pero no toca lo más importante, ya que es un refuerzo ocasional (por ejemplo: la feria del libro, concursos, etc.). Son actividades que por sí solas no hacen que un niño al que no le gusta leer, lea; son actividades muy superficiales.

Las actividades intrínsecas son un apoyo a la lectura como proceso (por ejemplo: atril, guía de lectura,...). Estas actividades son menos llamativas que las extrínsecas, son menos excepcionales. No necesitan apoyo lúdico.
Las actividades intrínsecas son más cíclicas, más pausadas. Estas actividades sí cambian los hábitos de lectura del niño/a.

Como la lectura es un proceso se puede fragmentar en: antes, durante y después. En estos tres períodos se hacen diferentes actividades por ejemplo, antes: ambientación, durante: lectura creativa y después: forum, tertulia.

Recrear y animar

Los profesores tenemos que acercar la lectura a los alumnos de una manera lo más viva, amena y apasionada posible. Se trata de que los niños y niñas se acerquen al libro, lo manoseen, etc.

Aquí señalamos una serie de actividades que podríamos realizar:

  • Animar a leer partiendo de actividades plásticas, que motivan por sí solas.
  • Perder el miedo a la letra impresa.
  • Animar a llevarse libros a casa voluntariamente.
  • Decorar la biblioteca de aula con murales elaborados por ellos mismos.

La lectura es un acto individual, pero como muchos actos individuales, la colectividad tiene una influencia decisiva. Si preparamos al grupo, el individuo seguirá su camino solo, pero el comienzo del camino debe ser acompañado; es más fácil y gratificante.

Factores positivos que animan a leer.

Si queremos despertar entre los niños y niñas un verdadero gusto por el libro y, lo que es más difícil, lograr que perdure, tenemos que contar con una serie de factores positivos que nos ayuden a ello.

Algunas de esas ayudas vendrán desde la propia familia. El niño que ve leer en su casa tiene más posibilidades de ser lector de adulto. No hace falta que sean libros, basta con tener periódicos y que vean a los padres abrirlos y hojearlos.

El leer no es una virtud con la que nacemos, sino que se va aprendiendo y perfeccionando poco a poco. Es un proceso difícil para muchos niños el de conseguir un mecanismo lector rápido que comporte a su vez comprensión de lo leído.

Un maestro que transmite verdadero gusto por la lectura y actúa como un verdadero animador (recreador de la misma) tiene grandes posibilidades de que sus alumnos lleguen a ser buenos lectores.

Otro de los factores de ayuda al proceso lector, es procurar que manejen el mayor número posible de libros; y cuando decimos "manejen" nos estamos refiriendo a que a sus manos lleguen todo tipo de lecturas, desde el género de terror hasta de aventuras o de ciencia ficción.
Cuantos más libros tengan a su alcance, más fácilmente lograremos que sean capaces algún día de elegir críticamente.

Agentes que pueden favorecer el hábito lector

Las encuestas y sondeos ofrecen resultados desalentadores en lo que se refiere a los índices de lectura de la población en nuestro país.
Estas mismas encuestas ratifican que los niños y niñas van abandonando la práctica de la lectura a medida que van creciendo. La ecuación podría enunciarse así: " a más edad, menos lectura ".
Haciendo un repaso de los agentes que pueden favorecer la consecución y
generalización del hábito lector entre la población infantil y juvenil
podríamos señalar los siguientes.

Los padres:

De ellos se espera que realicen acciones ejemplarizantes. Si dan ejemplo leyendo un libro, un periódico o una revista; acuden a la biblioteca pública, al teatro, etc.; Visitan exposiciones y museos; van con sus hijos a librerías, están sentando unas bases sólidas para que sus hijos, que van creciendo, lo hagan rodeados de un halo cultural sumamente positivo.
Educando la sensibilidad y estimulando la imaginación, habrá más posibilidades de apreciar el libro y la lectura.

La escuela y el instituto:

Pueden generar acciones que conduzcan a apreciar mejor la lectura, a aproximarse a los libros sin complejos. La etapa escolar será la del encuentro del alumno con la biblioteca; las lecturas en voz alta del profesor; las recomendaciones y presentaciones de libros; el establecimiento de relaciones directas entre sucesos de actualidad y libros que amplían esa información, aportados a su debido tiempo; las actividades de búsqueda documental y de tratamiento de la información; el disfrute de todas las posibilidades que brinda la biblioteca escolar, descubiertas con sensibilidad.
Todo ello envuelto en una atmósfera de pausa y descubrimiento, donde la libertad de elección y la lectura placentera sean objetivos en sí mismos.

Las distintas administraciones relacionadas con el tema:

Tienen la responsabilidad de ofrecer los medios adecuados y tomar las decisiones precisas que conduzcan a una mayor presencia del libro en la sociedad. Así pues, deberán realizar aportaciones más generosas para que las bibliotecas escolares y públicas estén bien dotadas y tengan aseguradas la renovación de su fondo; habrá de poner en marcha programas que lleven a un mayor y mejor uso de las bibliotecas; diseñarán campañas de sensibilización de la sociedad en general para que exista una auténtica demanda social del libro y de las bibliotecas; formarán a personal competente y preparado que las dinamice, mejorando en todo lo posible la red de bibliotecas públicas.

Los autores, ilustradores, editores, libreros.

Se les sigue pidiendo un esfuerzo para elaborar productos cada vez mejores, más atractivos y a precios más asequibles. A las librerías, por su parte, se les demanda una adecuación de espacios en los que los pequeños puedan hojear los libros cuando acuden con sus padres y madres para elegirlos y comprarlos.

Los medios audiovisuales como principales competidores.

Los medios audiovisuales, y en especial la televisión, consumen muchas horas diarias del ocio de niños y niñas, y también de los jóvenes. Por ello, una mayor presencia de los libros en los medios ayudaría a conseguir nuestro objetivo, tanto como el ejemplo que podrían dar muchos de los personajes públicos que en ellos aparecen.
El cine, la radio y la televisión pueden actuar también como estimuladores de la lectura: los programas, documentales, películas, etc. permiten llevar a cabo un análisis, y pueden incitar a los niños y niñas a profundizar en sus lecturas sobre un tema
determinado.



Método de lectura para niños con Síndrome de Down

El método presentado no es el único que está dando buenos resultados en la enseñanza de la lectura a los niños con síndrome de Down. Pero está, ciertamente, demostrando su eficacia, como lo confirman numerosos ejemplos.
Todos los niños con síndrome de Down que han seguido estos pasos, poco a poco, han ido descubriendo el mundo de la letra impresa, adentrándose en él y aficionándose a leer.
A partir de ese movimiento, un mundo nuevo se ha abierto ante ellos, y cada uno en función de sus necesidades, de sus preferencias, saca el mayor beneficio posible: lee sin ayuda sus cuentos favoritos, consulta el periódico para ver la programación de la televisión, lee los rótulos de las tiendas, consulta la carta del restaurante para decidir lo que va a comer, lee las cartas que le envían sus familiares y amigos, o la lista de la compra que le encargó mamá, etc.

Otros niños aún están en el camino, pasando por las mismas o similares etapas que los que fueron pioneros. Pero aunque van poco a poco no se desaniman. Sabemos que el camino es largo y muchas veces duro, pero el esfuerzo merece la pena y hemos de poner en ello todas nuestras fuerzas y confianza.

Requisitos previos:

Antes de empezar con el programa de lectura debemos asegurarnos de que el niño cumpla los siguientes requisitos:

1) Tiene una noción clara de que todas las cosas tienen un nombre. Una forma de evaluar este punto es mostrar al niño dos dibujos u objetos diferentes y pedirle que señale o coja uno determinado. No es preciso que el niño sepa hablar en los casos en que el niño tenga dificultades para hacerlo le ayudaremos señalándolo nosotros, y él, con un gesto o con la mirada, nos
dirá si hemos elegido el objeto correcto.

2) Muestra un buen grado de atención, entendida como una buena disposición hacia la tarea que se le presenta.

3) tiene buena percepción, entendida como la capacidad para organizar los datos que le llegan por los sentidos. Son fundamentales la perfección visual y la auditiva.

4) Posee discriminación auditiva. Con este canal le va a llegar la información sonora de la palabra que la grafía representa.

5) posee discriminación visual. Para ver las diferencias entre los dibujos, las palabras, las letras y los rasgos de cada una de ellas será preciso que el estímulo gráfico sea grande, nítido, con rasgos claros y que quede bien destacada la figura sobre el fondo. En este punto los niños con síndrome de Down no tienen dificultades, aunque con frecuencia necesitan gafas para
compensar sus problemas de visión.

6) Dispone de memoria que le permite evocar lo aprendido cuando precise de ello.

Estos seis puntos contrastan de forma clara con los que tradicionalmente se han venido proponiendo para que un niño "común" empiece con la lectura.

Consideraciones pedagógicas:

1) Es preciso conocer las características individuales de cada niño. No vamos a encontrar dos niños iguales, con idénticos intereses.
Así, para unos la lectura es algo que forma parte de su realidad cotidiana: por que sus padres leen, sus hermanos estudian; y para ellos es natural aprender a leer. Sin embargo nos vamos encontrar con otros niños que no participan de ese
interés, y ahí precisamente va a comenzar el trabajo con la motivación.
En algunos casos será decisivo presentarle como modelo lector a una persona significativa para él, e invitarle a imitarla. En otros casos podemos presentar la lectura como signo de "ser mayor", etc.

2) es importante que el aprendizaje sea algo divertido para el niño, que disfrute con cada actividad y, sobre todo, que esté orientado hacia el éxito. Vamos a proporcionarle para ello todo el material que precise.
Evitaremos el uso de términos como "no", "está mal", etc, por la carga de frustración que el niño recibe.

3) Hay que adoptar una postura firme y serena frente al niño. Esto le ayudará a mostrarse más atento, a terminar la tarea, en definitiva a sentirse más seguro porque sabe qué es lo que esperamos de él. No podemos olvidarnos de alabar, de elogiar cualquier logro del niño; el elogio irá dirigido a la conducta, al esfuerzo, y no a la persona del niño.

4) hay que tener muy en cuenta que cada uno de los niños tiene su propio ritmo de trabajo y que hemos de respetarlo.

Errores frecuentes en la lectura:

Los más frecuentes son:

1) Sustituciones: consiste en cambiar una letra, sílaba o palabra por otra.
La causa puede estar en una deficiente organización perceptiva, que lleva a confundir una letra con otra, por ejemplo m por n.
Las dificultades articulatorias, están muy relacionadas con el número de sustituciones en la lectura; a mejor articulación, menos errores.

2) Omisiones: consiste en no leer letras, sílabas o palabras. Se dan en niños que presentan problemas perceptivos.
Las dificultades articulatorias también son causa de la aparición de este error.

3) Inversiones: consiste en cambiar el orden de las letras de la palabra.
Aparece en los niños que presentan alteraciones en su organización espacial

4) Comprensión deficitaria: se debe a varias causas:

  • Una lectura puramente mecánica.
  • Una lectura demasiado rápida.
  • La omisión de algunas de las palabras básicas para la comprensión del texto.
  • La falta de comprensión de alguno de los conceptos básicos que allí aparecen.
  • La deformación de palabras que leen.

Actividades antes de la lectura:

"Leer antes de leer". Este planteamiento se basa en una idea cognitivista: hay que conectar con las experiencias previas, a través del diálogo, de la puesta en común.
El conocimiento del tema es lo que se busca. Se debe utilizar todo el tiempo que se necesite. Estas son las tareas de
prebúsqueda, que nos van a dar información clave para luego comprender la lectura. Va encaminada a dar pistas.
Estas actividades son amplias, podemos hacer cualquier actividad, que nos la va a dar el tema:

  • Visitas y excursiones.
  • Proyección de películas.
  • Audición de música, textos musicalizados.
  • Hacer itinerarios, mapas, etc.
  • Elaboración de murales.
  • Exposición de fotografía.
  • Narración de historias sobre el mismo tema.
  • Juegos cooperativos y expresión de motricidad.
  • Reflexión previa sobre el tema.
  • Lectura interrumpida para despertar el interés sobre el contenido.
El objetivo básico es la motivación e irle dando algunas pistas sobre los conceptos claves.

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