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lunes, 14 de noviembre de 2011

LA LESION DE MODA: LIGAMENTOS CRUZADOS

Juan Manuel Lucero, Martin Palermo, Mingo Salcedo, Julio Cesar Caceres, Lucas Viatri, Miguel Amado y ahora Richard Ortiz... jugadores excelentes y con presente de titulares en sus clubes y selecciones en algunos casos... pero todos tienen en comun actualmente un diagnostico que los condena a pasar por el quirofano y por un lento proceso de recuperacion que, lamentablemente, no siempre es completo: rotura de ligamentos cruzados. Pero que son? Como se rompen? Que se hace para evitarlo? Como se trata? A pedido de ustedes, aqui va este post de alguien que sufrio la ruptura de ligamentos cruzados en su juventud, en una lesion que me obligo a abandonar todos los deportes.
1. UN POCO DE ANATOMIA, CON EL PERDON DE LOS PRESENTES...

Los ligamentos son haces de fibras de colágeno que tienen como función limitar el desplazamiento de la articulación por encima de los límites anatómicos y biomecánicos.


La rodilla está localizada donde la punta del hueso del muslo (fémur) se une con la parte superior de la espinilla (tibia). Cuatro ligamentos principales conectan estos dos huesos:
  • Ligamento colateral medial (LCM), que corre a lo largo de la parte interna de la rodilla y evita que ésta se doble hacia afuera.
  • Ligamento colateral lateral (LCL), que corre a lo largo de la parte externa de la rodilla y evita que ésta se doble hacia adentro.
  • Ligamento cruzado anterior (LCA), que está en la parte media de la rodilla. Impide que la tibia se deslice hacia afuera frente al fémur.
  • Ligamento cruzado posterior (LCP), que trabaja junto con el LCA e impide que la tibia se deslice hacia atrás por debajo del fémur.

El ligamento cruzado anterior es el freno principal (en un porcentaje aproximado del 90%) al desplazamiento anterior de la tibia, limita la rotación tibial y la angulación externa e interna de la rodilla cuando está completamente estirada.

Las mujeres tienen una mayor propensión a lesionarse el LCA dadas sus características anatómicas: mayor laxitud articular, pelvis más ancha lo cual condiciona una rotación externa de la tibia, el lugar donde se aloja el LCA en la rodilla (escotadura).

2. POR QUE SE ROMPE EL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR?


Una lesión del LCA puede ocurrir si usted:
  • Recibe un golpe fuerte al lado de la rodilla, como le sucedio a Richard Ortiz en el partido contra Ecuador.
  • Extiende excesivamente la articulación de la rodilla como le sucedio a Juan Manuel Lucero.
  • Hace una parada rápida y cambia de dirección al correr, aterrizando de un salto o volteando como le sucedio a Julio Cesar Caceres.
El básquetbol, el fútbol, el fútbol americano y el esquí son deportes comunes asociados con rupturas del LCA. Las lesiones LCA usualmente ocurren junto con otras. Por ejemplo, una lesión LCA se da regularmente con rupturas de LCM y del cartílago amortiguador en la rodilla (menisco lateral).

La mayoría de las rupturas LCA se observan en la mitad del ligamento o el ligamento se separa del fémur. Estas lesiones forman un espacio entre los bordes rotos y no sanan por sí mismas. Pueden ser totales o parciales.


3. CUALES SON LOS SINTOMAS DE LA ROTURA?

Síntomas tempranos:
  • Un sonido "crujiente" al momento de la lesión
  • Inflamacion de la rodilla dentro de las 6 horas posteriores a la lesión
  • Dolor, especialmente cuando usted trata de poner peso sobre la pierna lesionada
  • Se siente e incluso se puede llegar a oír un chasquido en el interior de la rodilla.
  • Aparece una inflamación moderada o severa.
  • Dificultad para apoyar la extremidad lesionada.
  • Limitación para doblarla y estirarla, normalmente provocado por el dolor.
  • Ante una exploración de la rodilla, el paciente refiere sentirla dolorida.
  • Tendencia a mantenerla en semiflexión.
  • Impotencia funcional a la marcha. 
En la lesión de ligamentos cruzados, serán positivos el signo del cajón anterior en caso de lesión de LCA, o del cajón posterior en caso de lesión del LCP.; en presencia de una lesión de LCA aguda, el signo del cajón anterior puede ser negativo. Son necesarias muchas veces otras pruebas.


El estudio radiológico en dos planos permitirá descartar la existencia de fracturas o arrancamientos óseos a nivel de las inserciones de los ligamentos. Para una correcta valoración se precisa una resonancia magnética. Se debe tener en cuenta que en el momento de producirse la lesión y, en ciertas ocasiones debido al hematoma interno existente, se hace difícil el ver de forma correcta el estado del ligamento.



El diagnóstico inicial es por lo general difícil, debido al dolor y, a las posibles lesiones combinadas y asociadas a lesiones meniscales (frecuente la lesión del ligamento lateral interno y menisco interno, la temida “tríada”), pero desde el punto de vista ligamentario, el clínico debe precisar si la lesión afecta a las estructuras periféricas del compartimiento interno o externo, o si afecta a los ligamentos cruzados (el LCA. es el más frecuentemente lesionado, siendo el LCP. sólo ocasionalmente afectado).

La evolución natural de una ruptura de ligamentos conlleva a la inestabilidad crónica de la rodilla, provocando en el paciente la sensación de inseguridad en la misma, impidiéndole por ende la actividad deportiva y, limitando muchas actividades de la vida sedentaria. Aquellas personas que tienen sólo una lesión leve pueden notar que la rodilla se siente inestable o parece "aflojarse" cuando se utiliza.

4. QUE ES LO PRIMERO QUE SE DEBE HACER?


Consulte con su médico si cree que tiene una lesión en el LCA. No practique deportes ni otras actividades hasta que haya visto a un médico y lo hayan tratado. El médico le puede ordenar una resonancia magnética de la rodilla, la cual puede confirmar el diagnóstico y puede igualmente mostrar otras lesiones de la misma.

Los primeros auxilios para una lesión del LCA pueden incluir:
  • Elevación de la articulación por encima del nivel del corazón.
  • Aplicación de hielo en la rodilla
  • Analgésicos tales como los antinflamatorios no esteroides (como el ibuprofeno)
Usted puede necesitar:
  • Muletas para caminar hasta que la hinchazón y el dolor mejoren.
  • Terapia física para ayudar a mejorar el movimiento de la articulación y la fuerza de la pierna.
  • Cirugía para reconstruir el LCA.

 Algunas personas pueden vivir y desempeñarse normalmente con un LCA roto; sin embargo, la mayoría se queja de que la rodilla es inestable y puede "agotarse" ante la actividad física. Las rupturas del LCA no reparadas pueden llevar a un mayor daño de la rodilla.

No se debe:
  • NO mueva la rodilla si ha sufrido una lesión seria.
  • Utilice una férula para mantener la rodilla derecha hasta que lo vea un médico.
  • NO vuelva a jugar ni reanude otras actividades hasta que le hayan realizado un tratamiento.


Cualquier persona con una lesión seria de rodilla debe buscar atención médica para que le tomen una radiografía y la evalúen. Si el pie se enfría y se torna azul después de una lesión de rodilla, es posible que ésta esté dislocada y que los vasos sanguíneos que van al pie estén lesionados. Se trata de una emergencia que requiere atención médica inmediata.

Como prevencion, utilice las técnicas apropiadas al practicar un deporte o hacer ejercicio. Algunos programas deportivos universitarios enseñan a los atletas la forma de minimizar la tensión que ejercen sobre el LCA. El uso de férulas para las rodillas durante la actividad atlética agresiva (como el fútbol americano) es controversial y no se ha demostrado que reduzca la cantidad de lesiones en esta parte.

5. TRATAMIENTOS POSIBLES

Existen una serie de situaciones en las cuales no es recomendable o bien, no se considera imprescindible la intervención y que se enumeran a continuación:

- Tratarse de una persona mayor y con un nivel de exigencia física diaria baja.
- Presentar un grado de inestabilidad de la rodilla mínimo.
- Inexistencia de lesiones asociadas.

La no intervención quirúrgica implica:

a. Capacidad del lesionado para cumplir con un programa de rehabilitación prolongado: reforzamiento muscular (cuadriceps, isquiotibiales).
b. A menudo se precisa una rodillera estabilizadora para realizar determinadas actividades deportivas (especialmente en las que existe un stress rotación al de la rodilla) o, simplemente para caminar (decisión personal y opcional).
c. Probablemente cambiar el nivel y tipo de actividad deportiva. En el caso de ser muy exigente.

Las opciones de cirugía han ido variando a lo largo de los años, actualmente se mantiene un patrón establecido y generalizado: la artroscopia. Esta técnica en sus albores habitual en la rodilla, se ha ido extendiendo al resto de las articulaciones. Anteriormente se empleaban cirugías abiertas y, pese a la existencia de partidarios de dicha técnica, se ha demostrado la artroscopia como mejor opción. Del mismo modo ha habido variaciones en cuanto a la plastia empleada para sustituir el ligamento roto.

Las técnicas utilizadas son los autoinjertos con dos opciones:

- Plastias “hueso – tendón – hueso” a partir del tendón rotuliano. Obtenido del extremo inferior de la rótula, tendón rotuliano y tuberosidad tibial anterior. Esta zona de donde se obtiene el injerto se regenera por completo y al año muestra las mismas características que presentaba anteriormente.

- Plastias obtenidas de los tendones situados en la parte posterior de la rodilla (denominados “pata de ganso”).

Tambien se usan los aloinjertos: Tendones obtenidos a partir de un cadáver. Ante los efectos que provoca la extracción de las fibras de un tendón de la propia persona: sangrado, inflamación, alteración de la estructura afectada. Es una opción de futuro con grandes posibilidades.

Los tratamientos previos a la intervención comprenden:

- Hielo para disminuir la inflamación: Los tres primeros días cada dos horas de 10 a 15 minutos. A partir de esos tres primeros días al menos tres veces al día.

- Evitar el apoyo de la pierna en esa semana posterior a la lesión, será necesario el apoyo de muletas.

- Si el tiempo de espera a la intervención se alarga. Se debe retomar la actividad para mantener la fuerza de la pierna. Es conveniente realizar actividades como la natación o, la bicicleta sin resistencia ( si la rodilla lo permite). Además de ejercicios de fortalecimiento de la pierna, se puede emplear la electroestimulación.

Los plazos de la recuperación son variables y, están comprendidos entre los 4 y los 6 meses.

A continuación se van a exponer una serie de indicaciones para una correcta rehabilitación de la zona ordenadas de manera cronológica:

1) Primera semana
- Reposo absoluto.
- Hielo: 15 minutos cada dos horas.
- Posibilidad de electroestimulación del cuadriceps y la musculatura posterior (isquiotibiales).
- Ejercicios activos de extensión de la rodilla.
- Movimientos pasivos de la rodilla buscando la flexión, dentro del rango que nos permita la rodilla.
- Desplazamiento mínimo (siempre con muletas)

2) Segunda semana
- Desplazamiento con muletas (carga parcial)
- Hielo tres veces al día.
- Ejercicios activos de flexión de la rodilla (hasta 90º).
- Masaje drenante para disminuir la inflamación.
- Retirada de los puntos.

3) Tercera semana
- Movilización de la rótula
- Marcha sin muletas, reeducar la marcha.
- Ejercicios activos de flexión de la rodilla hasta el umbral del dolor.
- Ejercicios en piscina

4) Cuarta semana
- Flexión pasiva de la rodilla, forzándola, se suele trabajar entre los 90 – 110 º.
- Entrenamiento propioceptivo y de equilibrio.
- Ejercicios para potenciación de la pierna.
- Inicio de trabajo con bicicleta, buscando insistir también en la extensión de rodilla.

5) Semanas posteriores:
- Ir forzando la rodilla hasta llegar a los rangos de movimiento habituales, tanto de flexión como de extensión.
- Ir aumentando poco a poco la intensidad de las actividades: trote suave, carrera…
- Los ejercicios propioceptivos son fundamentales para la correcta recuperación de la rodilla.
- Ejercicios de fortalecimiento de la musculatura anterior y posterior de la pierna.
- Como se había citado el tiempo para retomar la práctica deportiva oscila entre 5 y 6 meses. Para la vida cotidiana y laboral está entre el 3 y 4 meses.
- La recuperación completa de la rodilla suele rondar período de un año,


6. MAYORES CONSULTAS EN: 

Griffin LY, Armstrong A, DeMaio M. The female athlete. In: DeLee JC, Drez D Jr, Miller MD, eds. DeLee and Drez’s Orthopaedic Sports Medicine. 3rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2009:chap 10.
Honkamp NJ, Shen W, Okeke N, Ferretti M, Fu FH. Anterior cruciate ligament injuries: 1. Anterior cruciate ligament injuries in the adult. In: DeLee JC, Drez D Jr, Miller MD, eds. DeLee and Drez’s Orthopaedic Sports Medicine. 3rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2009:chap 23, section D.
Cimino F, Volk BS, Setter D. Anterior cruciate ligament injury: diagnosis, management, and prevention. Am Fam Physician. 2010 Oct 15;82(8):917-22.

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