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sábado, 19 de junio de 2010

NO SOY SOLO YO QUIEN CREIA ESTO... HABIA SIDO...

Información General | Gustavo Cerati

¿Mala praxis en Venezuela?

El sorpresivo agravamiento tras su internación en Caracas. Lo que debieron haberle hecho en las primeras horas clave. Silencio sugestivo.

Por Andrea Gentil

Venezuela 15/5/10- Después de dar un recital en Caracas, Cerati se desmaya. Habría consumido alcohol y otras sustancias.
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"Esto en la Argentina no hubiera pasado”, dice el médico y se queda callado. ¿Por qué lo dice?, preguntó NOTICIAS. “No porque en el país no haya dificultades, pero si una persona de la talla de Gustavo Cerati fuera a uno de nuestros centros médicos más prestigiosos con un cuadro que alerta sobre un posible accidente cerebrovascular, esto no habría pasado”.
Noticias: ¿A qué se refiere con “esto”?
Médico: A que si Cerati ingresó a tiempo a la consulta médica y tuvo un diagnóstico de un accidente isquémico transitorio (AIT) que es justamente eso, pasajero, sería un caso que puede mejorar mucho con rehabilitación.
El médico que habla tuvo acceso a la historia clínica del músico en Venezuela y abre una incógnita: ¿Qué se hizo o qué no se hizo después para que Cerati sufriera un accidente cerebrovascular (ACV) ya dentro de la clínica venezolana, hasta terminar en un estado tan crítico como el que tenía al llegar a la Argentina?
Son dudas que se replican entre otros especialistas cercanos al caso. Casi todos sugieren que durante las primeras 48 horas de sucedida la isquemia, Cerati pudo no haber recibido el tratamiento adecuado, o los estudios necesarios para evaluar correctamente la gravedad del primer ataque. Rodeando la escena, el mutismo de la familia y de los médicos tratantes no contribuye a alejar sombras y sospechas.
“Nosotros hicimos lo imposible, y si no lo hubiéramos atendido como lo hicimos, probablemente ya habría fallecido”, dice por teléfono una asistente de un directivo del Centro Médico Docente La Trinidad de Caracas, adonde Cerati fue atendido tras su descompensación del domingo 16 de mayo a las 2 de la madrugada. Pero los intentos de NOTICIAS por hablar con los médicos que lo trataron en dicha clínica no encontraron respuesta.
En FLENI de Buenos Aires –lugar en el que el cantante permanece internado desde que volvió al país el lunes 7– decidieron no hacer declaraciones, ni sobre este asunto ni sobre el estado actual de salud del cantante, que (según el último parte médico dado a conocer por Mario Pensa, director médico de la Fundación) permanece inconsciente, conectado a un respirador mecánico y sin evolución en cuanto a su situación neurológica.
¿Cerati fue correctamente medicado? ¿Fue sometido a los estudios necesarios para precisar la evolución de su cuadro? ¿Tuvo un diagnóstico certero dentro del tiempo límite aconsejable de 4 horas? ¿O sólo se trata de la mala suerte que signó al artista al incluirlo dentro del 0,5% de personas que, a pesar de recibir tratamiento, comienza con un cuadro leve y sufre un agravamiento en apenas horas?
Los hechos. La versión de lo sucedido según diversas fuentes indica que, apenas finalizado el show en Caracas, Cerati fue a su camarín, comentó que no se sentía bien, y luego se desmayó. Pocos minutos después, un grupo de paramédicos lo atendieron y decidieron su traslado en ambulancia rumbo a la clínica, que tuvo que sortear la congestión de tránsito que había provocado el propio show de Cerati y se demoró así más de media hora.
El primer diagnóstico que se le hizo en la clínica de Caracas fue el de una isquemia cerebral transitoria (que se produce por la interrupción del flujo sanguíneo cerebral), y el artista quedó internado. Quienes estuvieron presentes también aseguran que Cerati llegó consciente a esa internación. Que durmió, que el domingo estuvo despierto y que hasta pidió de comer, se dio una ducha y mostró muy buen humor.
A partir de aquí, el relato sufre baches, incluyendo momentos en los que casi nada se puede reconstruir, debido al silencio de familiares y médicos venezolanos. Un hombre que llegó con un cuadro (que no suele durar más de 60 minutos, 24 horas como máximo) y que suele ser un aviso de que algo más grave puede suceder, terminó días más tarde inconsciente y conectado a un respirador, con mal pronóstico.
“Lo más importante en estos casos es descubrir que se trata de un Accidente Isquémico Transitorio, y eso se hace a través del diagnóstico clínico –explica uno de los neurólogos más reconocidos de la Argentina–. Si el médico que recibe al paciente actúa rápido, tiene la oportunidad de evitar el ataque cerebral que puede venir después”. Es decir que el AIT es una alerta. Según las estadísticas, 21 de cada 100 personas que sufren un AIT padecerán un accidente cerebrovascular (ACV) dentro de los 30 días siguientes; y el 70% de ellos lo tendrán en las primeras 48 horas, con un 3% que padecerá uno de extrema gravedad. Dos estudios internacionales (EXPRESS y SOS-TIA) demuestran que si el paciente con AIT consulta con rapidez y es bien evaluado en la guardia, reduce en un 80% el riesgo de sufrir un ACV.
El deber. En principio, cuando una persona ingresa a un centro médico con un AIT es necesario, además de la evaluación clínica, hacer diagnósticos por imágenes. Los protocolos médicos indican que debió practicársele una tomografía de cerebro sin contraste (para descartar hemorragias), una ecografía de cuello (parte de la estructura cerebral que es una de las que más dañadas tiene Cerati en este momento, y que controla funciones tan básicas como la respiración y la frecuencia cardíaca). A la par, administrarle medicamentos tromboembolíticos que ayudan a disolver los coágulos pequeños.
Hay casos en los que no se pueden administrar, porque hay contraindicaciones, como por ejemplo haber tenido un accidente cerebrovascular en los últimos 30 días, advierten las guías de procedimiento de la American Stroke Association (parte de la American Heart Association, Estados Unidos), que rige la manera de actuar de los médicos de una gran parte del mundo, Venezuela y Argentina incluidos. De no poder usarse estos medicamentos, advierten las guías, los médicos deben hacer un seguimiento muy cercano de la persona, que también es efectivo. Y continuar con los estudios: resonancia magnética, ecodopler, electrocardiograma, angiografía digital.

Corticircuitos. En medio del cuadro, cuando en la Argentina la alarma aún no era tal, el comunicado médico que la familia Cerati publicó el martes 18 de mayo relativizaba la situación: “Se encuentra internado, en estado estacionario”. El estado estacionario ya revestía gravedad. Fue entonces cuando el neurocirujano venezolano Herman Scholtz le realizó a Cerati una craneotomía, abriéndole una ventana de entre 10 y 12 centímetros en el área izquierda del cráneo, quitándole una parte del hueso para descomprimir el cerebro, que estaba tan edematizado (inflamado) como para poner en serio riesgo la vida del artista.
Pero estas operaciones son polémicas: “Solemos plantearnos dudas éticas antes de hacerlas –confiesa un neurocirujano– porque tocar el hemisferio izquierdo implica que la persona pueda quedar sin habla ni capacidad de comprender. Si la afección está en el hemisferio derecho posiblemente habrá una parálisis, pero al menos podrá hablar y entender”. ¿Cómo decidir si dejar a una persona viva pero con escasas chances de recuperación? Siempre es una alternativa extrema, dolorosa, para salvar de la muerte, a tomar sólo con el consentimiento de la familia.
Hablar sobre el caso no era (y no es) sencillo en Venezuela. Hay quienes aluden a “órdenes superiores” que habrían establecido “hacer todo lo posible para que Cerati no muera en Venezuela”.
El viernes 21 el parte médico aseguraba que “se observa una leve mejoría en la evolución del cuadro clínico del paciente”. En esa misma conferencia de prensa, Ramón Leiguarda, presidente de FLENI advertía que “el manejo ha sido absolutamente correcto”. Y cuando se le preguntó si Cerati corría riesgo de vida dijo: “Tendría que tener una complicación muy inesperada”.
Después de una semana en la que resultó casi imposible tener alguna novedad más allá de los escuetos partes colgados en la web, Cerati fue trasladado a Buenos Aires el 7 de junio. El 8, el temblor sacudió al país: “Los estudios revelaron un extenso daño cerebral. El paciente está inconsciente, sin ninguna sedación farmacológica. Respira espontáneamente, pero aún requiere asistencia mecánica respiratoria”, advirtió el parte médico de FLENI.
Ante la sorpresa de quienes creyeron en aquellos primeros partes venezolanos, el médico intensivista Antonio Martinelli, que lo controló durante su estadía en Caracas y viajó con Cerati en la aeroambulancia que lo trajo, comentó: “Desde el primer momento supimos de la gravedad del cuadro, pero nunca lo informamos de forma completa por pedido de la familia”.
La periodista argentina Nancy Clara (ver columna), radicada en Miami, que siguió las presentaciones de Cerati en los últimos años y que entrevistó a Herman Scholtz, relata: “siempre me dijeron que el panorama era negativo, y se mostraron cautos porque al tratarse de una figura pública no podían dar más detalles”.
En el diálogo con la periodista argentina, Scholtz, que también fue músico en su adolescencia, aseguró que en esta clase de operaciones del cerebro hay que esperar un año y medio para saber hasta dónde llega la recuperación. En los pasillos de la clínica venezolana, cuenta Clara, algunos pronósticos eran más que sombríos, y los médicos opinan que las secuelas que pueden quedar pueden ser muy difíciles, en especial, para un músico como Cerati, acostumbrado a componer, cantar, bailar, brillar en un escenario.

 EXTRAIDO DE http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=2771&ed=1747

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