Como John 'Scottie' Ferguson, protagonista de la inquietante 'Vértigo', muchas personas sufren fobia o pánico a las alturas. Este miedo irracional al vacío, que se desencadena con gestos tan simples como asomarse a un balcón o subir al último piso de un edificio, puede llegar a afectar seriamente a la vida de quien lo sufre e incluso, en un pequeño porcentaje de los casos, resultar incapacitante.
Una de las terapias más habituales contra esta fobia es la de intentar modificar esa respuesta errónea del organismo -que reconoce como amenazantes estímulos que realmente no lo son- a través de una exposición controlada a las situaciones que generan pánico.
El cerebro puede llegar a 'reaprender' que no tiene por qué tener miedo de las alturas, pero son necesarias varias sesiones para que el pánico se extinga.
Una ayuda farmacológica podría acortar y mejorar el proceso, según los datos de una investigación publicada esta semana en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS). Este trabajo asegura que la administración de una forma sintética del glucocorticoide cortisol, una hormona cuya producción natural está relacionada con el estrés y los mecanismos de aprendizaje y memoria, puede ser útil para reducir la ansiedad y los miedos de quienes se exponen a psicoterapia para acabar con su fobia a las alturas.
Los autores de esta investigación, dirigidos por Dominique de Quervain, de la Universidad de Basilea (Suiza), probaron su hipótesis de partida en 40 pacientes con pánico a las alturas que tenían previsto someterse a tres sesiones de terapia de exposición controlada a través de un programa virtual.
Una hora antes de cada tratamiento, la mitad de los participantes recibió una pastilla con cortisol, mientras que el resto fue tratado con un placebo. Su estado fue evaluado entre tres y cinco días después de cada sesión y una vez transcurrido un mes.
Los resultados, medidos a través de un cuestionario, pusieron de manifiesto que los pacientes que habían recibido cortisol "presentaban una mayor reducción del miedo a las alturas" tanto tras las sesiones como en el seguimiento a corto plazo. Además, este grupo también "tenía menores niveles de estrés agudo durante la exposición virtual a una situación fóbica", lo que, según los investigadores "indica que la administración de cortisol puede aumentar los beneficios de la psicoterapia".
Sin embargo, hay que señalar que este tipo de ayuda farmacológica aún debe demostrar mucho antes de llegar a la práctica clínica. Los riesgos de estas sustancias pueden ser significativos y habría que comprobar si sus beneficios son superiores a sus posibles efectos secundarios.
(de www.elmundo.es)
Muchas Gracias, interesante su nota, observaciones y blog en si, saludos paraguayos desde Costa Rica
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