La mayoría de piojos que se encuentran en América del Norte portan ahora una mutación genética que les hace resistentes contra los tratamientos de venta libre estándares, advierte un estudio reciente.
La infestación con piojos es un importante problema de salud pública, apuntaron los investigadores, dado que alrededor del 10 por ciento de todos los niños estadounidenses en edad escolar faltan a la escuela debido a la intensa picazón y a las infecciones secundarias que señalan la exposición.
¿El problema? Años de exposición implacable a una sola opción de tratamiento ha causado que una población de piojos supervivientes cuenten con lo que los genetistas llaman "resistencia a los piretroides" (en inglés conocida como "knockdown resistance"), en la forma de la mutación genética TI.
Esto da a la mayoría de piojos actuales la capacidad de aguantar la exposición a los ingredientes principales (y antes efectivos) hallados en la mayoría de medicamentos antipiojos de venta libre: los compuestos "piretroides", como la permetrina.
"En realidad no es algo controversial", apuntó el coautor del estudio, John Clark, profesor de toxicología y química ambientales de la Universidad de Massachusetts, en Amherst. "Es un problema cuyo desarrollo hemos estado mostrando durante un periodo de unos 20 años. Pero nuestro nuevo trabajo muestra que los piojos son ahora casi un 100 por ciento [resistentes a los piretroides]. Esto significa que hay muchísimos insectos resistentes en EE. UU. y otros lugares".
Clark y sus colaboradores exponen sus hallazgos en la edición de marzo de la revista Journal of Medical Entomology.
A principios de los 90, las formulaciones de venta libres basadas en la permetrina se comenzaron a usar comúnmente, comentó Clark. Esos medicamentos, diseñados para matar a los piojos básicamente al provocar un cortocircuito en sus sistemas nerviosos, se convirtieron en el estándar de la atención.
Pero las raíces del fracaso futuro de la permetrina yacen décadas antes, en el periodo inmediato tras la segunda guerra mundial, apuntó, cuando gran parte de la población se expuso por primera vez al pesticida DDT en un esfuerzo de controlar las infestaciones de piojos del cuerpo.
Los piojos de la cabeza formaron parte del proceso, haciendo surgir una población de supervivientes que comenzó de manera silente pero creciente a portar la mutación protectora TI décadas antes de la introducción de los productos de permetrina, según el estudio.
Teniendo eso en cuenta, los investigadores decidieron evaluar el estatus actual de resistencia de los piojos de cabeza norteamericanos, llevando a cabo un análisis genético de muestras de pijos de las 32 ubicaciones más urbanas de EE. UU. y Canadá.
El muestreo de ADN reveló que más del 88 por ciento de los piojos hallados en ambos países portaban la mutación TI específica que se asocia con el tipo de insensibilidad nerviosa que hace que los piojos sean resistentes a los medicamentos de permetrina de venta libre estándares.
Tan solo en EE. UU., los investigadores determinaron la frecuencia de la TI en un promedio de aproximadamente un 84 por ciento de la población de piojos entre 1999 y 2009. Pero una observación más cercana en los últimos años de este periodo reveló que la tasa en realidad comenzó a acercarse al 100 por ciento de la población de piojos entre 2007 y 2009.
Por ende, concluyeron Clark y sus colaboradores, la necesidad de nuevos tratamientos para los piojos ha llegado a una etapa crítica.
"Europa y América del Sur en realidad dejaron de usar esos compuestos piretroides hace años", dijo. "No es que estos compuestos en sí no sean unas buenas formulaciones. Pero lo último que se debe hacer es tratar a una población de plaga en particular con un compuesto que tiene un modo de acción durante años y años, y eso es exactamente lo que hicimos. El resultado es que estos compuestos simplemente ya no son efectivos".
"Pero la buena noticia es que en las últimas tres décadas hemos visto tres o cuatro compuestos nuevos llegar al mercado", apuntó Clark, en referencia a fármacos que incluyen las marcas Ulesfia, Sklice y Natroba.
"Todos tienen distintos tipos de compuestos y mecanismos, y ya están comercialmente disponibles", señaló. "Esto conducirá a lo que se conoce como eliminación redundante, en que si un compuesto no funciona, el otro sí. Así que hay una solución".
El Dr. David Pariser, profesor de dermatología de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental, en Norfolk, se mostró de acuerdo sobre la necesidad de actualizar el tratamiento para los piojos de la cabeza.
"Estoy completamente de acuerdo con la evaluación del estudio sobre la resistencia, y con lo que plantean sobre los nuevos fármacos disponibles", apuntó Pariser, ex presidente de la Academia Americana de Dermatología (American Academy of Dermatology). "Tuve una experiencia personal con uno de ellos, y participé en los ensayos clínicos, así que sé que son muy efectivos".
"Además, en realidad son más fáciles de usar, ya que los fármacos anteriores tenían que aplicarse repetidamente, mientras que los nuevos fármacos por lo general se usan una sola vez", señaló.
"Pero añadiría un matiz", continuó Pariser. "Aunque estos nuevos agentes son magníficos, son recetados, lo que significa que cuestan más. Quizá no afecte al consumidor asegurado si solo hace un copago por los nuevos fármacos, pero sin duda será un costo mucho mayor para el sistema de atención de salud en general".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare FUENTE: John Marshall Clark, Ph.D., professor of environmental toxicology and chemistry, University of Massachusetts, Amherst; David Pariser, M.D., professor, dermatology, Eastern Virginia Medical School, Norfolk, and former president, American Academy of Dermatology; March 2014, Journal of Medical Entomology
HealthDay
No hay comentarios:
Publicar un comentario