Un spray
bucal con nicotina calma el deseo de fumar hasta tres veces más rápido que las
pastillas o el chicle de nicotina, según un nuevo estudio. Y esa rapidez haría
que los fumadores en recuperación resistan las urgencias de encender un
cigarrillo.
El problema
con las terapias de reemplazo de la nicotina disponibles es que no pueden
competir con el tabaquismo. En una pitada, la nicotina llega al cerebro en 20
segundos. El parche de nicotina, en cambio, puede demorar hasta 3 horas en
actuar por completo. El chicle, 1 hora. Y si bien los sprays nasales actúan más
rápido (entre 10 y 15 minutos), los pacientes aseguran que son más incómodos.
Estudios
previos habían demostrado que la urgencia de fumar aparece a los 10 minutos de
una recaída. Eso explicaría, en parte, por qué menos de uno de cada cinco
fumadores en recuperación que usan esos productos puede mantenerse alejado del
cigarrillo.
Estudios
revelaron que el spray bucal comenzó a reducir el deseo de fumar a los cinco
minutos de la aplicación, a diferencia de los 10 minutos que demoraron las
tabletas y los 15 minutos que tardaron los chicles de nicotina. Ese rápido
alivio con el spray podría atribuirse al contacto con una gran parte del tejido
interno de la boca por donde el organismo lo absorbe.
La mejor
estrategia para dejar de fumar es la combinación de éstas: un parche de
nicotina para controlar la urgencia de fondo y un producto de rápida acción
para "las crisis súbitas de deseo", como cuando a un fumador en
recuperación le ofrecen un cigarrillo o ve fumar a un amigo.
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