Pulse el botón de rewind y viaje 28 días al pasado. Vea al uruguayo Luis Suárez salir en silla de ruedas de una operación de meniscos. Ahora vuelva a la noche del jueves y obsérvelo convirtiendo dos goles a Inglaterra en el Mundial. Y hágase la pregunta de todos: ¿Cómo es posible?
Semejante reaparición del futbolista uruguayo parecía un sueño prácticamente irrealizable para muchos en su país, donde la noticia de la lesión en la rodilla izquierda cayó como un balde de agua fría el 22 de mayo.
Suárez, como quedó demostrado con la victoria de Uruguay 2-1 ante Inglaterra, es un futbolista clave para la selección sudamericana, que sin él cayó tristemente 1-3 en el debut ante Costa Rica.
"Si esto fuera una película y alguien hubiera escrito el guión, sobre todo para el público uruguayo, no habría sido mejor", comentó el técnico uruguayo, Oscar Tabárez, tras el triunfo, citando entre otros datos la recuperación de su goleador.
Sin embargo, en el equipo médico del seleccionado uruguayo aseguran que lo visto el jueves en Sao Paulo fue el resultado de un trabajo metódico y riguroso realizado en las últimas cuatro semanas para que Suárez dijera presente en el Mundial.
"En esto no existe la magia: es una cuestión de ciencia y biología", dijo Alberto Pan, médico del plantel celeste que supervisó la artroscopia a Suárez realizada por Luis Francescoli, hermano del exfutbolista uruguayo Enzo Francescoli.
"El gran secreto de esto es el control día a día, la medida de la tolerancia (del futbolista) y que, por la intención de ganar uno o dos días, no pierda una semana", agregó Pan en diálogo con BBC Mundo después del partido del jueves.
"Manosanta"
Suárez festejó su primer gol ante Inglaterra abrazando al quinesiólogo Walter Ferreira, y tras el partido le agradeció públicamente, después de reconocer a su propia esposa e hijos.
"Si no fuera por él, no estaría acá", afirmó Suárez.
Calificado como "manosanta" por la prensa uruguaya, Ferreira fue quien aconsejó al futbolista que dejara las muletas poco después de la operación: "Empezá a caminar", le dijo.
Y luego siguió personalmente el trabajo de rehabilitación de Suárez, en su domicilio primero y luego en el búnker de la selección uruguaya.
"(Ferreira) es muy importante, por el control que va haciendo en el momento del esfuerzo y por acompañar y aconsejar al deportista en cuanto a los movimientos", explicó Pan.
Las etapas del tratamiento del delantero del Liverpool incluyeron fisioterapia, musculación y ejercicios aeróbicos. Luego comenzó con trabajo físico en el campo y, en los días previos al comienzo del Mundial, volvió a entrenar con pelota.
Pan sostuvo que las condiciones físicas que tenía Suárez al momento de la lesión, cuando acababa de coronarse goleador de la Premier League inglesa con 31 anotaciones para el Liverpool, fueron otro factor crucial.
"En cualquier patología articular es fundamental tener un buen soporte muscular", indicó. "Luis en ningún momento perdió su capacidad muscular".
Pese a todo, Suárez llevaba 40 días sin jugar oficialmente y el jueves lo hizo "dando ventajas", según reconoció Tabarez. "El futbolista que hizo los dos goles hacía 20 minutos que estaba acalambrado", reveló.
El artillero fue sustituido a los 88 minutos, después de quedar tendido en el campo de juego por los calambres, pero Pan negó que eso ponga en duda su presencia para el próximo partido de Uruguay frente a Italia.
De hecho, en el plantel uruguayo dicen que las ganas que tenía Suárez de jugar el Mundial también fueron decisivas en su recuperación.
"Tranquilos que voy a llegar", señaló el futbolista el mismo día en que fue operado. Y más tarde aseguró que nunca se le pasó por la cabeza perderse la gran fiesta del fútbol.
El capitán de la selección celeste, Diego Lugano, destacó esa determinación tras el partido del jueves, que él se perdió por una lesión.
"No hay milagros, el jugador uruguayo es así", comentó Lugano a BBC Mundo. "De pronto un europeo dura tres meses (en recuperarse de una lesión) y el uruguayo 28 días".
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