No es inusual que los medios locales de Estados Unidos reporten que algún niño murió ─o fue rescatado─ tras haber sido abandonado dentro de un auto en un clima caluroso. ¿Por qué ocurre tan a menudo?
El mundo de Reggie McKinnon se vino abajo al abrir la puerta de su camioneta, en el estacionamiento de su oficina, a las 15:15 de un caluroso día de primavera en el estado de Florida.
"Escuché a alguien gritando. Luego me di cuenta de que el grito provenía de mí mismo. El resto está totalmente difuminado en mi cabeza".
Su hija Payton, de 17 meses, permaneció olvidada durante tres horas en el interior de su Ford Explorer. Murió de un golpe de calor o hipertermia ─cuando la temperatura corporal rebasa los 40 grados centígrados─ mientras afuera los termómetros subían gradualmente mucho más allá de los 24 grados.
McKinnon había llevado a la niña al médico para una revisión de los oídos. Luego condujo de vuelta al trabajo y olvidó dejarla en la guardería.
Desde la muerte de Payton, en marzo de 2010, casi 150 niños han muerto de forma similar en el país. Solo en 2014 han muerto 17. Varios padres se enfrentan a cargos criminales por negligencia o, como en el conocido caso de un padre en Georgia, por asesinato.
Justin Harris está siendo acusado de dejar morir intencionalmente a su hijo recién nacido, Cooper, en el asiento de atrás de su auto. Él niega las acusaciones.
A pesar de la publicidad que han recibido casos como el de Cooper, el número de tragedias de este tipo ha mantenido un promedio de 38 muertes durante la última década, asegura Jan Null, un meteorólogo que documenta este tipo de casos.
Null considera que sus datos, basados en noticias de medios locales, esconden la verdadera magnitud del problema. Él asegura que recibe llamadas de familiares desconsolados cuyos casos nunca llegan a las noticias.
Si más padres entendieran que el interior de un auto estacionado puede calentarse 10 grados centígrados en solo 10 minutos, habría menos tragedias, según la organización sin fines de lucro Safe Kids Worldwide.
Cuando el cuerpo humano alcanza temperaturas superiores a los 40 grados, sus órganos están en peligro. Los niños son especialmente vulnerables porque sus cuerpos se calientan entre tres y cinco veces más rápido que los de un adulto.
Los niños que mueren en autos calientes suelen ser menores de 2 años, aunque ha habido víctimas de hasta 5 años. Los fallecimientos se han registrado incluso cuando la temperatura exterior no superaba los 23 grados centígrados.
También ha habido historias en otras partes del mundo, como Australia e Israel, donde la noticia de tres niños muertos ocuparon los titulares del verano pasado.
Los casos son proporcionalmente menores en Europa que en Estados Unidos, algo que no sorprende pues el clima es más fresco. Sobre todo en comparación con los estados del sur de EE.UU..
Entre 2007 y 2009, se registraron 26 casos de golpes de calor en Francia y Bélgica, de los cuales murieron siete niños, según Child Safety Europe. La Real Sociedad para la Prevención de Accidentes no tiene registro de ningún caso en Reino Unido.
"El total de casos en Europa es mucho menor al de Estados Unidos. Pero como allí hay menos autos y conductores, es muy difícil hacer la comparación", explica Null.
El número de casos en EE.UU. comenzó a aumentar a finales de la década de 1990, cuando las sillas de niños comenzaron a situarse en el asiento trasero del auto para evitar el peligro que representaban las bolsas de aire.
"En ese momento, los fabricantes aseguraban que las sillas de los niños que se colocaban mirando hacia atrás eran más seguras. No sólo iban en el asiento trasero, sino que los pequeños ni siquiera estaban a la vista de los conductores", explica Null, quien también destaca que los teléfonos celulares y los estilos de vida más ajetreados han sido factores relevantes.
Puede que a algunos lectores les cueste creer que un padre pueda olvidarse de su hijo, diciendo que algunos errores son inexcusables. La respuesta a este tipo de casos suele ser punzante. Sin embargo, Kate Carr, presidenta de la organización Safe Kids Worldwide, afirma que hay tres maneras de que un niño acabe encerrado.
La mayoría de los casos son involuntarios y ocurren cuando el conductor se distrae y actúa sin pensar, como si estuviera en piloto automático.
"He conocido a muchas de estas familias. Le puede pasar a cualquiera, no son historias de gente mala: algunos son ciudadanos muy respetables, a los que uno no pensaría que algo así puede ocurrirles". Algunas veces, dice Carr, lo que hay detrás son personas con vidas muy ocupadas. La intromisión de la tecnología en los autos también distrae a la gente.
La segunda manera es cuando los niños entran en los autos solos. Así se registran cerca del 30% de los casos, según Carr.
Y la tercera es cuando los conductores dejan a los niños solos dentro del carro intencionalmente, por lo que consideran es un corto periodo de tiempo. Quizás convencidos de que una ventana abierta prevendrá una tragedia.
El caso de Shanesha Taylor, en Arizona EE.UU., generó igual cantidad de condenas y simpatías. Hace pocos días, la mujer se salvó de cargos criminales por haber abandonado a sus dos hijos solos ─de dos meses y 6 años─ en un auto caliente, mientras acudía a una entrevista de trabajo. Los pequeños fueron rescatados ilesos y ella argumentó que no pudo encontrar una niñera y que estaba desesperada por encontrar un trabajo.
Los casos intencionales suelen ocurrir en lugares públicos y a veces son detectados por transeúntes que ven el peligro e intervienen. En días recientes, un hombre usó un martillo para romper la ventana de un Jeep estacionado en un centro comercial de Texas y rescatar a dos pequeños.
Poco antes, un niño de 5 años fue sacado de un auto por la ventana trasera después de haber sido abandonado durante más de una hora en Albuquerque, Nuevo México, donde los termómetros marcaban más de 32 grados centígrados.
Ha habido intentos de elaborar recordatorios para los conductores: desde una colorida banda inventada por un chico de 12 años, hasta apps que emiten alertas. Una petición presentada a la Casa Blanca ha instado al presidente Barack Obama a proveer fondos para investigar tecnologías que puedan salvar vidas.
"No hay una solución técnica que sea infalible, así que tenemos que concentrarnos en los comportamientos: nunca abandonen a un niño dentro de un auto, mantengan las llaves lejos de su alcance y coloque recordatorios en el asiento delantero y trasero", explica Carr.
Los recordatorios visuales pueden hacerse en casa. Otra recomendación es colocar el bolso o maletín en la parte posterior con el niño.
Al preguntarle a Carr sobre si un "terrible error" debería considerarse un crimen, dice: "¿Acaso existe un peor castigo que haber matado accidentalmente a su hijo?".
Tras la muerte de Payton, McKinnon fue arrestado y acusado de dejar a un niño sin vigilancia por más de 15 minutos, ocasionándole daños.
Se enfrentaba a cinco años tras las rejas, pero llegó a un acuerdo con la Fiscalía y cumplió libertad condicional, además de servicio comunitario. Ahora acude a grupos de padres para contar su historia y cumplir con algo que prometió a Payton: que trataría de salvar más vidas de niños.
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